Fundada en 2005 por la familia Mendoza-Torres, Bodegas de Mendoza nació de un profundo amor por la tierra mendocina y su incomparable potencial vitivinícola. Todo comenzó cuando Eduardo Mendoza, enólogo de tercera generación, y su esposa María Torres, experta en turismo sostenible, decidieron unir sus pasiones para crear algo que fuera más allá de una simple bodega: querían ofrecer una experiencia inmersiva que conectara a las personas con el alma del vino argentino.
Comenzamos como una pequeña empresa familiar con apenas un puñado de contactos con bodegas locales y un vehículo para realizar tours. Nos propusimos mostrar las joyas ocultas de Mendoza, aquellas bodegas boutique y productores artesanales que raramente aparecían en los circuitos turísticos tradicionales. A medida que nuestra reputación crecía, también lo hizo nuestra red de alianzas con las más prestigiosas bodegas de la región.
En 2010, dimos un paso decisivo al establecer nuestra sede central en una casona histórica restaurada en Luján de Cuyo, el corazón de la zona vitivinícola. Esta propiedad, que data de 1920 y perteneció a uno de los pioneros de la industria del vino mendocino, nos permitió crear un espacio educativo donde los visitantes podían aprender sobre la historia del vino argentino antes de embarcarse en sus recorridos.
El verdadero punto de inflexión llegó en 2015, cuando nuestro programa "Mendoza Íntima" fue reconocido como una de las mejores experiencias enoturísticas de Sudamérica por la prestigiosa revista Wine Enthusiast. Esto nos catapultó al reconocimiento internacional y nos permitió expandir nuestro equipo y servicios. Hoy, con más de 15 años de trayectoria, seguimos fieles a nuestra visión original: conectar a personas de todo el mundo con la pasión, tradición e innovación que define al vino mendocino.